El Conde de Montecristo

En las noches que no hace mucho frío (sí,contra la creencia general de que en Sevilla sólo se pasa calor,tengo que decir que sí,cuando hace frío,hace frío en todos lados), leo antes de irme a dormir.

Ahora estoy leyendo por 3ª ó 4ª vez El Conde de Montecristo.

Hacía bastante tiempo desde la última vez que lo leí así y es un libro muy largo y había olvidado bastantes cosas,así que en parte es como si lo leyera por primera vez de nuevo.Y no sé si es que estoy algo más sensible o receptiva,que esta vez estoy disfrutándolo mucho más.

Siempre me gustó ese libro y siempre me fascinó el personaje de Edmond Dantés. Ese hombre dulce,con un corazón de oro que acabó transformándose casi en un demonio,pero un demonio al que le quedaba un trocito de corazón sano.

Y no me extraña que acabara así,odiando a los hombres y viendo el mundo sombrío con pequeños destellos de luz entre tanta sombra,porque tanto en la época de Edmond como en la nuestra,el hombre sigue siendo egoísta y cada vez más estúpido.¿Cómo podría reprochársele que quisiera venganza?

El Conde de Montecristo tiene lo que tiene un gran libro: amor,tración,venganza,odio,duelos,perdón,esperanza,muerte…y el gran Dumas sabe encandilar la atención del lector,entonces y ahora,con gran maestría ahondando en las emociones como nadie.

Porque todavía siento suspense cuando Edmond está apunto de escaparse de la prisión,o siento ganas de llorar cuando su vida se trunca.

Es un libro imprescindible en la biblioteca de casa y es un libro imprescindible en la vida.

El gran Conde de Montecristo.El gran Edmond Dantés.