Tatuaje

Ayer me hice un tatuaje. Taráaaaaaan. Quien me lo iba a decir a mí, doña «tengo-fobia-a-las-agujas-y-no-soporto-ni-que-se-me acerquen-con-ellas».

Llevaba un tiempecillo rumiando la idea, pero sin tenerlo claro porque además tampoco sabía bien que tatuarme ni donde. Hasta que un día me vino la inspiración y pum, ahora quería hacérmelo ya, cuanto antes. Supongo que antes de que empezara a pensar en lo que puede doler y me echase atrás.

Ahora sé que si hubiera sabido lo que duele no me lo habría hecho, pero una vez que el tío empezó no pude parar, porque no iba a dejar el tatuaje ahí empezado y feo. Así que aguanté como pude con un pañuelo en las manos para de vez en cuando secarme las lágrimas que se me saltaban y apretando los dientes y las manos. Media hora. La media hora más larga del mundo.

La gente a quien había consultado me dijo que el dolor se soportaba perfectamente. Y sí, se soporta claro, pero yo no lo soporté nada bien. Sólo quería que se acabara e irme con mi tatuaje y adiós muy buenas.

Y ahí está, en la zona lumbar tapadito con un plástico de cocina. En este primer día tengo que lavármelo cuatro veces y mantener el plástico hasta medio día. Después es lavarlo una vez al día (cuando me duche) y echarme la crema. Tampoco puedo ir al gimnasio esta semana (que penita) y nada, tendré que tener cuidado con la ropa que me roza.

Ya me duele un poco menos, porque ayer cuando salí notaba una sensación de quemazón muy fuerte. Y cuando me lo lavé ayer notaba mi piel en relieve, era una sensación muy extraña, pero claro, es normal, la zona estaba hinchada.

A todo esto, me he hecho un triskel. Es un icono celta que simboliza la evolución y el eterno aprendizaje y se le atribuían poderes curativos. Además es símbolo de la trinidad pasado-presente-futuro.

Mi tatu es igual que el dibujo que he subido pero sin el círculo de alrededor. Ahora está un poco hinchado y enrojecido así que cuando esté perfecto subiré una foto 🙂

Creo que me estoy volviendo loca, a mi edad,xD

Este último fin de semana lo he pasado con mi tía en su casa. Parecía que al salir del hospital se encontraba mejor pero conforme pasaban los días ha ido empeorando de nuevo.

Total, que el jueves me llamó y me dijo que ese fin de semana estaba sola (mi prima se tenía que ir) y que si podía irme con ella porque no podía hacer las cosas ella sola.

Y allá que me fui y pasé ese par de días ayudándole en lo que pude, haciéndole la cena, sacando a los perros, llevándole el desayuno, ayudándola a subir y bajar escaleras…esas cosillas. Y a la hora de comer, estuvimos en casa de mis abuelos.

De mi abuela estaba cuidando otra tía mía ese fin de semana y ella nos hizo de comer a todos.

La verdad es que he pasado esos días un poco mal. Mi tía la pobre que no podía casi moverse y mi abuela… Verla a ella sí que me afecta. Verla en sus sillón con su aparato de oxígeno, tan delgadita y poquita cosa, con la cara siempre como sumida en sus pensamientos…y triste. Porque está triste. Cuando ya me fui el domingo me preguntó cuando me volvería a ver. Ella quiere vernos todo lo que pueda porque piensa que le debe de quedar poco.

Sabemos que no va a mejorar, pero yo confío en que al menos se mantenga y no empeore. Sé que nunca voy a estar preparada para decir adiós a mi abuela, pero todavía la quiero en mi vida por bastante tiempo más.

Y nada… a parte de eso, mañana cumplo los 30. Ya dejo atrás el número dos. Y todo el mundo se piensa que debería estar deprimida por cumplir esa edad, o que debería pensar que ya soy una vieja o no  sé…pero no me importa. Es más, yo pienso que los 30 es una edad muy bonita. Yo no considero que esté vieja, ni fea ni que vaya cuesta abajo. Aún tengo mucho que vivir y que ser feliz.

Y aunque este año lo he empezado un poco difícil con el estrés del trabajo y ver como está mi tía y mi abuela, sigo siendo feliz. Y creo que todavía puedo ser feliz y lo pienso ser aún más.

En fin, si hago balance del año no pienso que me salga negativo. En realidad estoy muy contenta con como ha ido saliendo todo desde que cumplí los 29. Me siento más realizada, más persona, más yo. Más Laura.

Yo creo que no está nada mal, ¿no?

Semanas difíciles

He tenido unas semanillas un poco complicadas. No es que me hayan pasado cosas muy graves pero he estado bastante estresada en el trabajo y además mi tía ha estado hospitalizada casi una semana (aunque por suerte no ha sido nada grave y ella ya está en casa y mucho más recuperada).

También mi abuela ha empeorado de su enfermedad. Tiene una enfermedad del pulmón que hace que éste se le vaya como…secando  se podría decir, con lo cual cada vez tiene más dificultades respiratorias. Y se lo diagnosticaron hace unos años y durante todo este tiempo la enfermedad se mantenía, hasta estas navidades en que ha empeorado hasta tal punto que apenas puede hacer cualquier cosa sin sentir que se ahoga.

Estoy muy preocupada por ella. Hoy he estado viéndola y no tenía buen aspecto. Se le veía como consumida y triste. Yo intento actuar con normalidad aunque no me resulta fácil, pero no creo que ver a su nieta llorando por ella le venga bien. Así que lo que hago es estar con ella, si necesita algo ayudarla y hacerle algo de compañía. Y por supuesto no decirle nada que le preocupe, porque ella sufre mucho por nosotros y con cualquier cosa se pone a llorar.

Y esa es mi espinita estos días. Lo demás ha ido mejorando pero lo de mi abuela está ahí y me causa dolor. Estoy bastante apegada a mi familia y mi abuela es una persona muy importante, que ha cuidado mucho de mí, que ha estado siempre ahí y a la que siempre he querido muchísimo.

No puedo esperar que se recupere porque el deterioro en la enfermedad es irreversible, así sólo espero que pase lo que pase, ella no sufra y poder estar ahí cuando sea necesario.

 

Adiós 2012, hola 2013

Podría pensar que el año 2012 sería un año para olvidar. De hecho mucha gente que conozco da gracias porque haya acabado ya. Yo sin embargo me quedo con una sensación dulce de este año que empezó bastante triste y que ha ido mejorando poco a poco.

En él he vivido grandes, grandísimos momentos que no voy a poder olvidar nunca y que no quiero olvidar. Ha sido un gran año en que me he descubierto a mí misma, yo, sin nadie más. En el que he hecho cosas nuevas, me he superado a mí misma y he recuperado cosas que creía que quizá ya no volvería a vivir.

He terminado el año feliz, con todas sus letras. Y esperando que este 2013 sea aún mejor si cabe que el 2012.

No importa los momentos malos que he podido tener, porque los buenos los han eclipsado y atenuado. Con creces.

Me encanta mi vida ahora mismo. Sí sí, soy feliz.

Mis abuelos

Hoy he recordado a mis abuelos. Me acuerdo mucho de ellos normalmente, pero hoy un poquito más porque he hablado de ellos.

Mis abuelos por parte de madre significan mucho para mí y me encanta verles, aunque voy menos de lo que debería. Ellos me dieron una infancia, me hicieron sentir protegida, cudiada y feliz.

Y todavía cuando voy a verles me hacen sentir así. Siempre pendientes de que no me falte de nada, siempre haciéndome sentir como si fuera niña otra vez.

Recuerdo mucho los días que pasé de pequeña en el pueblo con ellos. Las mañanas en que me levantaba al ser de día y me iba a su cama corriendo y me metía entre los dos y hablaban conmigo. Y mi abuelo se levantaba para trabajar y a veces yo me bajaba con él para ayudarle a subir los troncos y encender la chimenea y otras me quedaba un ratito más en la cama calentita con mi abuela.

Cuando me traían churros para desayunar. Las partidas al parchís, la oca, la brisca, la ronda robada y sin robar. Los paseos por las tardes, en que jugaban conmigo a esconder el pañuelo o al recotín recotán.

Las tortillas francesas que siempre me hacía mi abuela el primer día que llegaba para cenar, las mejores tortillas que he probado. Igual que sus croquetas o su arroz con leche.

Cuando me esperaba a que llegara en el autobús, en la plaza, siempre pendiente.

Como mi abuelo se empeñaba siempre en que comiera pan y me cortaba siempre un trozo aunque yo no lo pidiera. Como cuando le quitaba el tocino al jamón me decían «te dejas lo mejor».

Cuando me hacían las tostadas al fuego de la chimenea y las broncas que me echaba mi pobre abuela cuando nos ibamos por ahí a hacer travesuras y se ponía a buscarnos y no nos encontraba.

Cuando dormíamos en la terraza en verano y mi abuelo intentaba asustarnos con historias de un vampiro que vivía en La Villa o cuando en las siestas nos contaba cuentos.

Recuerdos maravillosos que siempre estarán ahí y por los que siempre les estaré agradecida. Ellos se lo merecen todo.

No puedo expresar como me quisiera lo mucho que ellos significan para mí y lo mucho que les quiero.

Tengo los mejores abuelos del mundo.

Sigue pasando el tiempo y yo sigo sin escribir.

Eso quiere decir que soy feliz, porque normalmente escribo cuando tengo algo que me preocupa, o me siento triste o melancólica. Pero no sé muy bien que contar cuando me encuentro feliz. Es mi estado de ánimo y no hay una causa concreta. Es así y ya está.

Pero hoy sí estoy feliz por algo concreto. Y es que desde hoy he dejado de formar parte de esa empresa tan grande, el INEM.

Hoy ha empezado mi contrato en el despacho oficialmente. Y me siento verdaderamente afortunada, porque tengo un trabajo fantástico.

Me gusta el horario, me gustan mis compañeros (mi hermano,mi mejor amiga, otra amiga más), me gusta a lo que me dedico y la libertad que tengo para organizarme mi tiempo y mis tareas a mi gusto, me gusta mi horario…Es un buen trabajo.

De momento mi contrato es de un año, después iremos viendo que pasa. Pero aquí estoy, adquiriendo experiencia y disfrutanto cada día. Estoy muy contenta 😀

Obsesiva

Tengo un problema. O un gran defecto.
Soy muy obsesiva. En exceso. Y me doy cuenta de que antes mi obsesión era Borja. Ahora es cualquier cosa que me afecte mínimamente. Todo lo convierto en una enorme preocupación que me obsesiona y en la que no dejo de pensar. Como consecuencia, olvido las pequeñas cosas de la vida que me hacen disfrutar.

Es como si siempre tuviera que tener una preocupación. El estar así a veces me genera cierta ansiedad y muchos nervios.
No se bien como afrontar eso. Como olvidarme y relajarme para vivir cada momento que se me presenta.

No estoy constantemente así, pero sí muy a menudo. He pensado en probar alguna técnica de relajación. Recuerdo que antes era capaz de relajarme con mucha facilidad, ahora cuando lo intento, mi mente empieza a divagar en busca de algo a lo que darle vueltas y más vueltas. En ocasiones he llegado a pensar si no tendré algún tipo de problema mental.

¿Cómo se hace? ¿Cómo dejas a un lado las preocupaciones y disfrutas de cada momento que vives? ¿Cómo se hace para dejar de obsesionarse?

Quedarse a parte

Unos amigos han tenido hoy un niño. Es un día precioso para ellos y yo estoy contenta también porque ellos son felices.

También una amiga mía está embarazada.

Otra amiga tuvo una niña hace unos meses.

Otros amigos se casan en diciembre.

Pienso en mi vida. No me importa no tener novio, no estar casada o no tener hijos, pero sí que me da un poco de miedo quedarme sola en un mundo en el que no estoy emparejada ni tengo visos de tener descendencia.

Yo me he quedado en un mundo intermedio, descolgada, viviendo entre el mundo adulto y la soltería que se asocia a la juventud.

Empiezo a temer que pronto comenzarán a mirarme con compasión. Pobrecita, no tiene marido (novio) ni hijos. Está sola.

Aunque nuestra sociedad está más modernizada y ya no es tan raro que haya gente que haya establecido una vida familiar, todavía existe ese » si no tiene pareja con esta edad, algún defecto tendrá», o «una mujer soltera con esa edad,qué triste».

No soy vieja,ni mucho menos,pronto cumpliré los 30 y me siento joven.Es más,siento que ésta es mi mejor época como mujer y la estoy disfrutando. Pero dentro de unos años habrá eso: soledad en un mundo de gente con familia o pareja, miradas de compasión, resquemor porque esté sola con mi edad.

Todo eso de casarme y tener hijos me resulta tan lejano…tan ajeno a mí. Sé que dicen que la vida puede cambiarte en segundos, pero no me planteo un cambio de ese tipo ahora. Sigo con mi trabajo y encauzando mi vida. Así soy feliz. Pero sí, me da un poco de miedo pensar, qué tendré en un futuro.

Llegar a casa

Llegar de la calle huyendo del frío incipiente. Calentar un poco de sopa de pollo y bebérmela en la cama mientras leo o veo una película de cine clásico,en la intimidad de mi acogedor dormitorio.Que es mío,es mi hogar,es donde más yo misma puedo ser. Y descansar y dejarme llevar por el calorcito.Eso…no tiene precio.

Doleur exquise

Creo que he dejado atrás, por fin, una parte de mi vida que aún me causaba daño.

Dicen que hay un doleur exquise en el hecho de amar a alguien inalcanzable. Es posible. Es una forma de masoquismo. Sabes que no es posible,pero de alguna manera ahí sigues,con esa pequeña punzada de esperanza.

Pero por muy exquisito que sea el dolor,sigue siendo dolor.No es bueno,ni es sano.

Creo que el mío acabó, no el dolor en sí,pero si el doleur exquise. Quizá de la forma menos adecuada, o brusca, o triste. Pero acabó. He quemado el puente que me hacía volver atrás y ahora sólo me queda mirar adelante y caminar yo sola.

Soy Laura. Sólo yo. Desnuda y sin más equipaje que yo misma y mis vivencias. Yo,como persona.

Y tengo miedo. Pero me siento más ligera. El peso que no me dejaba vivir plenamente de pronto ya no está. Soy libre y soy yo. Por fin.

Me ha costado casi un año,muchas lágrimas,mucha soledad,mucha inseguridad y miedo. Pero aquí estoy.Esta es mi vida y ahora la comienzo. Ahora la empiezo de verdad.

Ahora me toca a mí.